¿Y usted de quién es hija? ¿A qué familia pertenece? Una anciana sentada a mi lado en un aeropuerto me hizo estas preguntas. En su mundo, toda persona es parte de una familia o un grupo arraigado en la historia de su pueblo. Para comenzar este día de reflexión sobre María, vamos a explorar dos preguntas muy parecidas:
“And whose daughter are you?” “What family do you belong to?” An elderly woman sitting next to me in an airport asked me these questions. In her world, everyone is part of a family or a group rooted in the history of their people. To begin this day of reflection on Mary, we are going to explore two similar questions:
El primer gran encuentro con María que todos conocemos es el momento en que el ángel Gabriel viene a su mundo y le habla de su futuro. Escuchemos el evangelio de Lucas:
Dios envió al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen comprometida para casarse desposada con un hombre llamado José, de la descendencia de David. El nombre de la virgen era María. El ángel entró a donde ella estaba y le dijo: «¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo!» (1: 26-8)
El texto nos dice explícitamente, varias cosas acerca de esta joven judía del primer siglo:
Hay que notar que a los ojos de la sociedad en que María vivía, y también en la percepción de los primeros lectores de este evangelio, una joven mujer, que viene de un pueblo o una aldea pobre no tiene gran valor social, está más bien en el pie de la escala del poder político. Pero la descripción de este encuentro le da otro valor a la joven. Su fidelidad hacia Dios y su maternidad reflejan como veremos este día, una promesa, un momento central en la historia de Israel.
Our first encounter with Mary, that most of us share, is the moment when the angel Gabriel comes to her world and tells her about her future. Let us listen to the Gospel of Luke:
In the sixth month the angel Gabriel was sent by God to a town in Galilee called Nazareth, to a virgin engaged to a man whose name was Joseph, of the house of David. The virgin’s name was Mary. And he came to her and said, “Greetings, favored one! The Lord is with you.” (Luke 1:26-28)
The text explicitly tells us several things about this first-century Jewish girl:
In the eyes of the society in which Mary lived, and also in the perception of the first readers of this Gospel, a young woman who comes from a poor town or village does not have great social value. She is not even at the foot of the ladder of political power. But the description of this encounter gives another value to the young woman. Her fidelity to God and her motherhood, as we will see today, reflect a promise, a key moment in the history of Israel.
El evangelio de Mateo sitúa a María de una manera más explícita en la historia de Israel. A diferencia de Lucas, anuncia la venida del niño, concebido por obra del Espíritu Santo, a José el desposado de la joven:
El Ángel del Señor se le apareció y le dijo: «José, hijo de David, no temas aceptar a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliera el anuncio del Señor por medio del profeta que dice: «Miren que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel,» que traducido significa: «Dios con nosotros» [Is 7,14].
Ambos evangelios hablan del significado del niño, pero veamos ¿qué significado puede tener para la identidad de su madre? Mateo cita Isaías capítulo 7. Escuchemos toda la cita:
El SEÑOR volvió a hablar a Ajaz y le dijo: “Pide un signo al Señor, tu Dios, en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo”.
Ajaz respondió: “No lo pediré, no quiero tentar al Señor”.
Isaías dijo: “Escucha, casa de David: ¿no les basta cansar a los hombres, que quieren cansar incluso a mi Dios? Entonces el Señor, por su cuenta, les dará un signo: Miren, la joven o virgen está encinta y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel (Dios con nosotros). Comerá cuajada con miel hasta que aprenda a rechazar el mal y a elegir el bien. Porque antes de que el niño sepa rechazar el mal y elegir el bien, quedará abandonado el territorio de esos dos reyes que te infunden terror.” (Isaías 7: 10-16)
Matthew’s gospel places Mary more explicitly in the history of Israel. Unlike Luke, he announces the coming of the child, conceived by the Holy Spirit, to Joseph the husband of the young woman:
An angel of the Lord appeared to him in a dream and said, “Joseph, son of David, do not be afraid to take Mary as your wife, for the child conceived in her is from the Holy Spirit. She will bear a son, and you are to name him Jesus, for he will save his people from their sins.” All this took place to fulfil what had been spoken by the Lord through the prophet: “Look, the virgin shall conceive and bear a son, and they shall name him Emmanuel,” which means, “God is with us.” (Matthew 1:20-23)
Both gospels speak of the meaning of the child, but how significant is the identity of his mother? Matthew quotes Isaiah chapter 7:
Again the Lord spoke to Ahaz, saying, “Ask a sign of the Lord your God; let it be deep as Sheol or high as heaven.”
But Ahaz said, “I will not ask, and I will not put the Lord to the test.”
Then Isaiah said: “Hear then, O house of David! Is it too little for you to weary mortals, that you weary my God also? Therefore the Lord himself will give you a sign. Look, the young woman is with child and shall bear a son, and shall name him Immanuel. He shall eat curds and honey by the time he knows how to refuse the evil and choose the good. For before the child knows how to refuse the evil and choose the good, the land before whose two kings you are in dread will be deserted.” (Isaiah 7:10-16)
Este episodio, fechado aproximadamente entre 735-32 años antes de Cristo, parece prefigurar la situación de María y su hijo. Sin embargo, hay diferencias. El intercambio entre personajes en este texto se sitúa en otro nivel social y en otra época. Se trata del profeta Isaías, probablemente un hombre que tiene contacto con la clase alta de la capital, hablando con Ajaz, rey de Judá en el momento de una crisis política. Un grupo de reinos pequeños alrededor de Judá, iba a atacar a Jerusalén para forzar al rey Ajaz a unirse a ellos contra la gran potencia de la época, el imperio Asirio. Ante esta emergencia, al joven rey “se [le] estremeció su corazón y el corazón del pueblo, como se estremecen los árboles del bosque con el viento.” (7:2) En este capítulo, Isaías trata de afirmar la confianza del rey, para que Ajaz resista a los reinos enemigos que lo acosaban. El profeta anima al rey diciéndole que pida un signo al Señor, como seña que Dios rescataría a su pueblo. Ajaz se niega, usando como escusa la piadosa frase “no quiero tentar al Señor.”
¿En esta emergencia nacional, por qué escoger como signo una joven madre y su hijo?1 La concepción, el nacimiento y crecimiento de un niño, una situación concreta en la vida cotidiana de todo el pueblo, se convierte en este pasaje, en el signo del poder y la presencia de Dios. Isaías no escoge un signo que viene de la vida social del rey—un ejército, un arma especial, una alianza inesperada, una actividad en el templo… No. Presenta a una joven, en la vida َ intima, cotidiana de su pueblo; a una madre, la primera educadora del niño, y es precisamente este contexto que le da peso y significado al signo.
¿Qué rol jugaba una madre en la vida del pueblo de Israel? Trae al mundo uno niño, pero es mucho mas amplia su tarea. En una sociedad en que no existían escuelas como la primaria, secundaria etc., a las que todos asistían, la educación se desarrollaba durante los primeros siete años en el hogar. Estos son los años que Isaías describe como el tiempo en que el niño aprende a “rechazar el mal y elegir el bien.” Su madre le enseñaba las habilidades sociales y técnicas para sobrevivir en su mundo. Le instruía en su cultura, le transmitía la historia de su familia y su lugar en el pueblo; le transmitía los tradicionales valores morales y religiosos del pueblo de Israel. El niño aprende tanto por la instrucción, como por medio del ejemplo. La madre (y en algunos casos la abuela) comienza dándole pequeñas responsabilidades en casa, para que luego pueda aceptar responsabilidades afuera de ella con su padre y sus hermanos.2
This episode, dated approximately 735-32 years before Christ, seems to foreshadow the situation of Mary and her son. However, there are differences. The exchange between characters in this text is situated on another social level and in another era. It is about the prophet Isaiah, probably a man who has contact with the upper class of the capital, speaking with Ahaz, king of Judah at the time of a political crisis. A group of small kingdoms around Judah were going to attack Jerusalem to force King Ahaz to join them against the great power of the time, the Assyrian empire. Faced with this emergency, the young king “[was] shaken in his heart and the hearts of the people, as the trees of the forest shake with the wind.” (7:2) In this chapter, Isaiah tries to shore up the king’s confidence, so that Ahaz will resist the enemy kingdoms that harassed him. The prophet encourages the king by telling him to ask the Lord for a sign that God would rescue his people. Ahaz refuses, using as an excuse the pious phrase “I will not tempt the Lord.”
In the midst of a national emergency, why choose a young mother and her child as a sign?1 The conception, birth and growth of a child, a concrete situation in the daily life of all the people, becomes the sign of the power and presence of God. Isaiah does not choose a sign that comes from the king’s social life — an army, a special weapon, an unexpected alliance, an activity in the temple… No. He presents a young woman, in the intimate, daily life of his people; to a mother, the child’s first educator, and it is precisely this context that gives weight and meaning to the sign.
What role did a mother play in the life of the people of Israel? She brings a child into the world, but her task is much broader. In a society in which there were no schools such as primary, secondary, etc., which everyone attended, education took place during the first seven years in the home. These are the years that Isaiah describes as the time when the child learns to “reject evil and choose good.” His mother taught him social and technical skills to survive in her world. She shares their culture, passed on the history of their family and its place in the village; she transmitted to him the traditional moral and religious values of the people of Israel. The child learns both by instruction and by example. The mother (and in some cases the grandmother) begins by giving him small responsibilities at home, so that later he can accept responsibilities outside with his father and siblings.2
Imaginemos a una joven cuyo niño se llama Emanuel—Dios con nosotros. Su hijo le pregunta:
¿Qué significa mi nombre? ¿Por qué me lo pusiste?
¿Cómo se le explica el concepto “Dios con nosotros”? Esto no se explica bien, pero si se transmite con el ejemplo. Cada actitud, cada acción, cada palabra de la madre es un modelo para que el niño aprenda la imagen de un Dios que habita entre ellos, en la casa de su familia. Como se dice en inglés: “actions speak louder than words,” “las acciones hablan más fuerte que las palabras.”
Isaías escoge la educación de un niño por su madre, en el seno de su familia como ejemplo de “Dios con nosotros.” No sitúa el signo dado al rey Ajaz en el seno del gran templo o en el palacio del rey, quizás porque en estos lugares “Dios no estaba con ellos,” por las intrigas políticas, la desatención a la voz de Dios, o la falta de compromiso hacia el Dios de sus ancestros.
Imagine a young woman whose child is named Immanuel — God with us. Her child asks:
“What does my name mean?” “Why did you give it to me?”
How do you explain the concept “God with us”? This is not easily explained, but it can be conveyed through attitude and action. Each demeanor, action and word of the mother is a model for the child to learn the image of a God who lives among them, in his family home. As the saying goes: “actions speak louder than words.”
Isaiah chooses the education of a child by his mother, in the bosom of his family as an example of “God with us.” He does not situate the sign given to King Ahaz in the setting of the great temple or in the king’s palace, perhaps because in these places “God was not with them,” due to political intrigue, inattention to God’s voice, or lack of commitment to the God of their ancestors.
Cuando el ángel del Señor se le aparece 735 años después, a José, descendiente de David, (y por lo tanto descendiente del rey Ajaz,) tampoco le habla del templo, ni de los ámbitos políticos. No. Le habla de un hogar, en una aldea poco destacada donde una virgen llamada María sabe transmitirle a su hijo la imagen de un Dios que habita en el seno de su familia. Todo esto sucedió para que se cumpliera el anuncio del Señor por medio del profeta que dice:
Miren que la virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrán por nombre Emmanuel,
que traducido significa: Dios con nosotros.
La educación de Jesús por medio de la instrucción y el ejemplo de María, es el impacto eterno que ella tendría en la historia de su pueblo.
When the angel of the Lord appears 735 years later, to Joseph, a descendant of David, (and therefore a descendant of King Ahaz), he also does not speak to him about the temple, or about political circles. No. He speaks of a home, in an obscure village, where a virgin named Mary knows how to transmit to her son the image of a God who lives in the bosom of her family. All this happened to fulfill the announcement of the Lord through the prophet who says:
“Look, the virgin shall conceive and bear a son,
and they shall name him Emmanuel,”
which means, “God is with us.”
The education of Jesus through Mary’s instruction and example is the lasting impact that she would have on the history of her people.
1 Algunos biblistas sitúan a la joven en la casa del rey. Según esta interpretación, una de sus esposas está en cinta con un hijo suyo. Victor Matthews, The Hebrew Prophets and their Social World: An Introduction, second edition, Grand Rapids, Baker Academics, 2021, p. 108. Otros biblistas no lo interpretan así. David L. Petersen, The Prophetic Literature: An Introduction, Louisville, Westminster John Knox, 2002.
2 Carol Meyers, “Economic, Reproductive and Sociopolitical Activities” in Rediscovering Eve: Ancient Israelite Women in Context, Oxford, Oxford University Press, 2013, 136-37.
1 Some biblical scholars place this sitz im leben in the King’s own household. According to this interpretation, one of his wives is pregnant with his child. Victor Matthews, The Hebrew Prophets and their Social World: An Introduction, second edition, Grand Rapids, Baker Academics, 2021, p. 108. Other scholars do not. David L. Petersen, The Prophetic Literature: An Introduction, Louisville, Westminster John Knox, 2002.
2 Carol Meyers, “Economic, Reproductive and Sociopolitical Activities” in Rediscovering Eve: Ancient Israelite Women in Context, Oxford, Oxford University Press, 2013, 136-37.
Cristo y su Madre Estudiando las Escrituras
Christ and His Mother Studying the Scriptures